martes, 8 de mayo de 2018

Semana 9 (16 – 22 de abril): Mi nuevo objetivo.

Esta entrada la he querido llamar así porque se me planteo una nueva mete en el colegio y es una larga historia que me gustaría compartir.

El lunes 16 de abril, Badi, un chico rumano de 8 años, viene desde Rumania junto con sus padres y su hermana por primera vez a España y también era la primera vez que iba a un colegio. Este chico, como es normal, no sabe nada de Español, y el primer día lo tuvieron haciendo dibujos, pero en educación física estuvo jugando como todos los alumnos. La segunda vez que tuvimos educación física con él y con su clase, había avanzado mucho en hablar español, incluso llegó a decirnos que le encantaba educación física. A los 10 minutos de iniciar la clase, vino la tutora de la clase de Badi junto con la directora, y nos informó de que había llegado al centro un informe médico de Rumania en el que Badi tenía un pequeño quiste en el cráneo y que sufría de ataque epilépticos con un golpe en dicho quiste. Al niño se lo llevaron con la excusa de que tenía que ayudar a la maestra, pero realmente no volvería a hacer educación física.

Tan grande era mi lástima que me puse a investigar del caso, y pude observar que muchos profesionales de elite sufren lo mismo que Badi, sin llegar más lejos, el portero del Arsenal, Peter Cech, sufre de un pequeño quiste en el cerebro que le provoca epilepsia. Para ello, el profesional usa un asco homologado y supervisado por un médico en el que no tiene problema para ejercer su profesión.


En cuanto pude lo comunique con mi tutora, pero no le hizo especialmente ilusión como me hizo a mi encontrar la solución al problema, ya que ella me dijo más problemas que yo no tuve en cuenta, como por ejemplo: había que comunicarle a los padres el problema en rumano ya que ellos no saben español, el informe médico de Rumania había que pasarlo a la seguridad social de España, todo eso lleva un tiempo, etc. En resumen, me dieron a entender que no lucharían por hacer que ese niño haga educación física.

Mi papel como práctico es dar un pasito más en la lucha de ese niño. La verdad es que no puedo hacer gran cosa, pero si doy animo o intento a motivar que sería satisfactorio poder ayudar a un alumno que nos lo va a agradecer todos los días.

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