En mi segunda semana de experiencia como práctico en el CEIP Santa Juliana, quisiera hablar sobre las conductas del alumnado, ya que en esta semana, he vivido una anécdota muy interesante que es bueno que mis compañeros puedan saber. También, he querido formularme una serie de preguntas que han pasado por mi cabeza a lo largo de la semana:
- ¿Qué son las normas de convivencia? ¿Las hay? ¿Cuáles son? ¿Se cumplen? ¿Qué pasa si no las cumplimos? ¿Y si las cumplimos?
- ¿Qué es una mala conducta? ¿Por qué es malo?
- ¿Se deben castigar las malas conductas? ¿Por qué? ¿Se deben castigar todas?
- ¿Qué es una buena conducta? ¿Por qué es buena?
- ¿Se debe premiar las buenas conductas? ¿Por qué? ¿Se deben premiar todas?
Muchas de estas preguntas me fueron planteadas por el siguiente caso. Me encontraba en educación física con la clase de 5ºA, en el que se encuentra un buen alumnado, menos un chico, Nutu, que destaca por su mal comportamiento, por sus malas notas y por su desfase académico. La verdad es que la primera semana, Nutu me respetaba y no se portaba nada mal. Pero este día en concreto estaba insoportable. Al finalizar la clase, los alumnos hacen una fila para poder subir a su respectiva aula (que está en un segundo piso), y Nutu, por su cuenta empezó a subir las escaleras. Yo lo llame muchas veces, pero el alumno seguía subiendo sin mirar atrás. Cuando vio que mi tono de voz cogía un tono más enfadado, miró hacia mí, y me sacó el dedo corazón diciéndome: ¡paso de ti! Como tenia dada la autoridad de mi tutora y la directora del centro, lo que hice fue decirle que el próximo día estaba castigado sin recreo y sin educación física y además que iba a estar copiando esas horas.
Era mi primer castigo para un alumno, pero todo esto no acaba aquí. A última hora de este mismo día, la directora viene a buscarnos a mi tutora y a mí para hablar. Ella muy amable nos pregunta que qué ha pasado con Nutu. En ese momento yo tomé la palabra ya que había sido el que lo había castigado, y en breve le resumí que lo había castigado por su mala conducta. La directora nos dijo que Nutu no le contó lo mismo, le dijo que estábamos en educación física, y que no le paraban de pegar, que nos había avisado varias veces y que no hacíamos nada por evitarlo, y cuando lo hemos visto defenderse de dichas peleas, lo hemos castigado a él y a los demás no. Una vez contado la versión del alumno, nosotros nos negamos rotundamente a dicha versión, pero además, la directora incluyó que habían llamado a los padres de Nutu, para contar lo sucedido, y la directora dejó ponerse al alumno al teléfono ya que es rumano y sus padres no saben muy bien el idioma, y que al día siguiente iban a venir a hablar conmigo para ver que ha sucedido realmente.
Para mí, la forma de actuar de la directora fue equivoca, ya que con su actuación creo que le quito autoridad a mi tutora y a mí como maestros y también quitarle credibilidad a las palabras y las acciones de los maestros. Finalmente, al día siguiente los padres vinieron a primera hora de la mañana y pude contar lo sucedido y el alumno cedió a la verdad y la madre le pegó al alumno delante de mi tutora y mía. El alumno finalmente no fue castigado después de todo el jaleo.
¿Es necesario llegar a tanto revuelo para finalmente el alumno se salga con la suya?
¿No se castigó finalmente por qué dan al alumno por perdido o por qué no sirve de nada?
Son muchas preguntas que en dos semanas me cuesta contestar, pero que poco a poco seguro que tienen su respuesta.
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